El Hombre y la Luna

Al igual que las historias de brujas de las que hablamos en entradas anteriores, las leyendas de licántropos se dieron en prácticamente todas las culturas del globo. Es curioso como los mitos y los miedos viajan incluso más rápido que las peores plagas. Las palabras han sido su vehículo, describiendo a estos seres como hombres presos de una maldición. Y en Orquídea Blanca, así les conoceremos. 

El primero de ellos, no era más que el amante de una bruja. Su deseo de permanecer juntos eternamente, llevo a la mujer a desarrollar un hechizo que le otorgaría la inmortalidad sin tener en cuenta que, bajo el amparo de la Orquídea Blanca, ser eterno no es más que una maldición.

La Madre Naturaleza hizo a todos sus hijos perecederos y la no-muerte está reservada tan solo para los condenados. Tras el hechizo, el amante acabó con su esposa y vago por el mundo alimentándose como lobo y apagando su ansiedad como hombre cuando la ocasión se presentaba. 

El hombre atacado por él se transformará bajo la primera luna llena y solo la suerte determinará si soportará el proceso de cambio. Los hombres nacidos de la semilla del primero, sin embargo, pueden transformarse a elección pero, de forma totalmente irracional, estarán obligados a servir y proteger  a las brujas que se encuentren. 

Etienne, co-protagonista de esta historia, te acompañará en tu aventura hacia el conocimiento de la Orquídea Blanca bajo los ojos de uno de los pocos licántropos que siguen con vida.