¿Nunca te has preguntado porqué en la mayoría de series o películas sobre brujas "buenas", las protagonistas se agrupan de tres en tres?
(Las malas no, todos sabemos que el mal es un camino solitario...)
Yo sí, un millar de veces, por eso antes de escribir Orquídea Blanca investigué un poco el tema y decidí, como sabrás, tomar un camino diferente.
La mayor parte de estudios, relacionan el símbolo celta de la triqueta con la unión en triadas. Existen fuentes fidedignas, de la mano de historiadores, pero no se puede demostrar exactamente esta relación. Aún así, si le damos una oportunidad parece la versión más lógica; pues simboliza cuestiones que son fáciles de relacionar con estos tríos mágicos.
- Triple dimensión de la divinidad femenina: La doncella, la madre y la anciana. Representan la juventud, la fertilidad y la experiencia. Según creencias wiccanas, tres importantes dones que la naturaleza decidió entregar a la mujer.
- Equilibrio entre mente, cuerpo y alma. Si observamos las relaciones en estos grupos de brujas, veremos que poseen caracteres siempre diferentes pero fáciles de complementar.
- Los elementos (celtas): Cielo, mar y tierra. Cada bruja se corresponde a un elemento que no existe sin el resto.
Otras fuentes aseguran que, aunque la triqueta (o trisquel, dependiendo del documento) se ha relacionado con estos grupos de poderosas mujeres, el verdadero origen de las triadas se encuentra en las Moiras o en las Grayas. Ambos grupos manejaban el destino de los hombres, las primeras hilando su vida, las segundas, conocedoras de todos los secretos.
Para Orquídea Blanca, en lugar de basarme en unas u otras bases, me entregué al camino que yo veía más verosímil. Imaginé una nueva mitología, una nueva historia del origen de las brujas, tomando la idea más extendida de hijas de la naturaleza como base sobre la que asentar las premisas.
Las ninfas, hijas de los bosques, ya existían y campaban a sus anchas por cualquier tierra jugueteando con el destino de los hombres. Esto interfería en el libre albedrío que la Madre Naturaleza pretendía otorgar a su única especie intocable: La Humanidad. Por eso dotó a una mujer con sus cuatro poderes, los cuatro elementos, aire, agua, tierra y fuego. Zulraiten era su nombre y solo ella pudo controlar la ambición de las ninfas.
Esta humana, mágica y poderosa, tuvo una gran descendencia. Cuatro fueron sus hijas y cada una de ellas heredó uno de los elementos. Y a partir de ellas, tan solo nacieron dos. Diadas de poder de una sola madre, ahí está mi versión de la triada celta.
Te contaré más de esta historia, una parte que complementará lo que ya has leído en el libro. De momento te dejo con imágenes de triadas que seguro reconocerás.
Nos vemos el próximo domingo.
Me gusta tu nueva mitología :)
ResponderEliminarY estoy deseando profundizar más en la segunda parte de Orquídea :3
¡Queremos sangre fresca!
¡Abrazos!
:D yo decidí mantener el 3 y tengo tríos mágicos, de brujas y brujos y de los sexualillos con polvos mágicos a tres bandas pues también ;) jejeje.
ResponderEliminarOlvidemos el 3, centrémonos en el 2, en la 2ª parte de Orquídea :D dale ocn ganas, hermana, haz tu magia :)
mil besos!!!